Una de las principales preocupaciones de los pacientes de nuestra clínica dental en Valladolid cuando han de someterse a un tratamiento de implantes dentales es si va a ser doloroso.
Sin embargo, nuestros expertos en implantes dentales en Valladolid siguen un protocolo estricto cuyo objetivo principal es evitar que el paciente sienta dolor.
Pero recordemos en primer lugar, en qué consisten los implantes y, a continuación, cual es el proceso que se sigue.
¿Qué son los implantes dentales?
Se trata de pequeñas piezas metálicas que simulan la raíz de un diente y que se colocan mediante cirugía en los huesos maxilares. En el momento en que tu dentista en Valladolid haya insertado los implantes, ya podrá colocar encima las coronas provisionales que, tras un periodo de 3-4 meses, se remplazaran por las definitivas.
En el momento de la cirugía, al paciente se le suministra anestesia local a través de un simple pinchazo. Una vez la anestesia surte efecto, el paciente ya no tiene que notar nada. Eso sí, cuando la intervención haya terminado y la anestesia pierda fuerza, es posible que note alguna molestia (la mayoría de las veces muy similar al dolor que se siente cuando se extrae un diente). En todo caso, dicho dolor se paliará fácilmente con la medicación que indique el dentista.
Cierto es también que no se siente el mismo dolor que si se coloca un solo implante o se colocan seis de golpe. Asimismo, el grado de dolor también puede variar según la zona operada (la operación en el maxilar superior tiende a ser un poco más molesta).
En Clínica Recaver ¡cada paciente es único!
Este es un aspecto que tenemos muy en cuenta en Clínica Dental Recaver, y es que de la misma manera que cada tratamiento es personalizado, los procesos de recuperación también pueden variar entre pacientes. Es decir, puede haber pacientes que se recuperen más rápido que otros.
Lo que es importante es seguir siempre las pautas que indique el implantólogo y, si pasado el tiempo indicado se sienten molestias, acudir de nuevo a la consulta para que el implante sea revisado.
Así pues, no hablamos en ningún caso de un proceso especialmente doloroso; por lo que rechazar un tratamiento que nos va a ayudar a recuperar nuestra sonrisa y la función masticatoria pensando que nos causará dolor, no cuenta con suficientes argumentos de peso.
¡Pide tu cita y hablemos de tu caso!